Cuerpo en Orden y Práctica Deportiva – Parte 4

Bienvenidos a la 4ª y última entrega de esta serie de artículos destinados a darnos una idea global de los potenciales riesgos que presenta para nuestra salud e integridad ciertas actitudes y «comportamientos» posturales. De nuevo reitero que se trata más de una invitación a replantear la manera como «atacamos» nuestro cuerpo mientras nos ejercitamos o practicamos algún deporte (e incluso en nuestra cotidianeidad); entiendo que la parte más difícil de este proceso, a parte de tomar conciencia, es empezar a cambiar toda una serie de actitudes que tenemos ya «programadas», pero si nos damos cuenta que ciertas cosas que hacemos nos hacen o nos pueden hacer daño pienso que lo más sensato es empezar a trabajar en cambios y mejoras…sí, suena sencillo, pero no lo es.

Resumamos un poco: Nuestro cuerpo es una estructura móvil, articulada, compuesta por aproximadamente 209 huesos, la vida es movimiento, todo en nuestro cuerpo se mueve, desde los movimientos más sutiles e imperceptibles hasta los más bruscos y evidentes, estamos en contínuo movimiento.

Una de las estructuras articuladas más importantes en nuestro cuerpo es nuestra columna vertebral, que además de servirnos como soporte para poder mantenernos de pie actúa como puente de conexión entre el cerebro, gran parte de nuestro sistema nervioso y el resto del cuerpo.

Por eso mismo si adquirimos actitudes de movimientos o posiciones «inadecuadas» empezamos a afectar la funcionalidad de nuestra biomecánica, un movimiento que aparentemente no hace daño se puede volver repetitivo, este tipo de movimientos multiplican las fuerzas a las cuales nuestra estructura está sometida, ya vimos cómo los discos intervertebrales son protagonistas clave en dicho proceso, un disco que se somete a fuerzas extremas e inadecuadas, hemos explicado que un movimiento, dependiendo del ángulo en el cual es realizado multiplica 3 o 4 veces las presiones sobre nuestra espalda, por consiguiente vulnerando la integridad de la misma, de sus vértebras, de sus discos, de nuestra salud.

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Aquí viene algo de suma importancia:

EMPEZAMOS A SER CONSCIENTES DE UNA MOLESTIA A PARTIR EL MOMENTO EN QUE SE MANIFIESTA CON DOLORES O INCOMODIDADES.

Suena obvio, claro está, si algo no me duele asumo que está bien…pues escuchen esto: Con las hernias discales esta afirmación no es del todo cierta. Amigo lector, usted puede tener en este momento una o varias hernias discales, pero si dichas hernias no tocan ningún nervio simplemente usted no se dará cuenta de ello…porque no le va a doler, solo en el momento en que una protrusión discal toca un nervio es cuando nos damos cuenta que algo va mal en nuestro cuerpo.

Reitero la importancia de este concepto pues seguramente algunos de quienes han leído esta serie de artículos (y que seguramente realizan movimientos de tipo «inadecuado» tal y como los hemos explicado) no tienen molestias o síntomas  de este tipo, con lo cual pueden pensar que no hay nada de malo en doblarse a 90º o más realizando sentadillas o abdominales.

Aquí llegamos al punto clave de esta serie de artículos: Muchos de ustedes pueden haber estado «cultivando» hernias desde hace varios años…solo que aún no han obtenido sus «frutos».

Cuando nos agachamos a recoger una carga pesada y al intentar incorporarnos sentimos un agudo dolor en la espalda (que incluso en algunos casos nos puede bloquear) pensamos que fue dicho movimiento el que nos causó el problema, sí y no, digamos que SÍ porque dicho movimiento fue la gota que rebosó la copa, digamos que NO porque la copa venía llenándose desde ya hacia tiempo y fue dicho movimiento lo que logró que llegáramos al punto de la afección.

Otra cosa de suma importancia: EL BLOQUEO MUSCULAR ES UN SÍNTOMA DE PROTECCIÓN DE NUESTRO CUERPO, el sistema nervioso se da cuenta que algo va mal en el área afectada, así que envía información a los músculos circundantes para que se bloqueen y eviten que sigamos sufriendo daños. Lo más gracioso es que en general la medicina ataca estos síntomas con relajantes musculares y antiinflamatorios, con lo cual le estamos diciendo a nuestro cuerpo que no nos importa si quiere protegernos, simplemente queremos movernos, a expensas de nuestra integridad.

Espero que este concepto haya sido entendido, si la alarma suena lo mas sensato es ver la razón por la cual se ha disparado, no es sensato apagarla o ignorarla, por más ruidosa o fastidiosa que pueda ser…los dolores son señales de que algo en nuestro sistema no va bien, tomar calmantes o relajantes musculares es lo mismo que ignorar dichos mensajes.

Ahora, espero que con esta información ya nos sea claro el porqué debemos replantear ciertas actitudes y comportamientos en nuestra práctica deportiva (e incluso en nuestra vida cotidiana). Debemos evitar los abusos en nuestro sistema, mientras somos jóvenes y enérgicos nada de esto nos afecta ni preocupa, pero muy seguramente nos pasará factura a futuro.

Espero haber podido ayudar en algo con estos artículos, si tienen dudas o sugerencias no duden en contactarme, un abrazo para todos y a ver si cuidamos un poco nuestro cuerpo, no porque algunos (o muchos) deportistas hagan movimientos que pueden potencialmente afectar nuestro bienestar no significa que no sea nocivo!